Es que hay alguien que no le importe todo lo que le importa a la gente que es gente?
Nadie espera nada de nada, ni que sepa escribir, ni tampoco. Es la necesidad una pulsión que no se puede callar. Esperar sentada en una butaca de colectivo o mirar como pasa el carnaval por la ventana.
En una casa una persona no atiende el teléfono. No es que se le hizo tarde, sino que no quiere. Sus manos están atornilladas al apoyabrazos del sillón.
Mi obra! Mi obra!
Un montón de silencios que no esperan nada de nadie. Del otro lado de los recuerdos unos ojos en blanco y negro y una boca que se destroza en otra boca.
Las esperanzas de poder hacer algo bueno con esta noche hacen que sufra, pero a la vez viva y se ría de todo.
Ni siquiera les importa morir de soledad.
En otro espacio de la casa un hombre solo se sienta. Un ventanal le cubre los hombros. Sueña con que algún día aquellas gotas condensadas lo bañen de satisfacción. Tiene miedo de que esto no sea arte.
Mas tarde, a la hora en que se acaban los permisos, una horda de niños invade el corazón de un grupo de solitarios que poco saben de invasiones.
Tan temprano llegaste hoy.
Ana
viernes, 7 de marzo de 2008
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1 comentario:
Sus manos están atornilladas al apoyabrazos del sillón.
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