domingo, 3 de febrero de 2008

ALADDIN, AROS DE CEBOLLA Y MI VILLANO FAVORITO

Corría 1992 o 1993 (No me acuerdo cuando se estreno. El régimen de estrenos en la Argentina es bastante raro. Más que raro es arbitrario) Es el recuerdo más viejo que tengo de ir al cine. Yo tenía apenas 6 años. No se si fue en un cine en Av. Santa Fe o en la calle Lavalle. Muy probablemente haya sido Lavalle. Creo que fue en vacaciones de invierno. Siempre para esa época se estrenan las películas que se supone son para chicos. Y haya fuimos mi mama, mi hermana, mi abuela y yo. Me acuerdo de comer antes de ir a verla y que a instancias de mi madre comí aros de cebolla. Era la primera que los comía. No tengo recuerdos completos de la proyección. Tengo más bien flashes. Tengo la imagen mental de una pantalla enorme y recuerdo la escena en donde la arena se traga al ladrón que ayuda a Jafar. A los 6 años me parecía una escena terrorífica.
No concibo ver Aladdin con las voces en inglés. Las películas de Disney que vi en aquel momento son recordadas en castellano y no me atrevo a verlas en inglés para no romper el encanto de mi recuerdo. Mientras que las películas nuevas de animación que veo no tolero verlas dobladas al español. Suenan horribles.
¿Cuántas veces habré visto en VHS la canción del genio? Era rebobinar y volver a ver y cantarla. Me encantaba ese personaje. Esas frase que tiraba: “Ahora si que me aborregué. No más hora feliz. No mas dos por uno”. Lloraba de la risa sin entenderla y hoy me rió el triple con estas frases.
Rememorar Aladdin me despierta una pregunta: ¿Por qué el dibujo a mano me sigue resultando mas realista q el de la computadora? No se por qué no me gusta. Es algo que verdaderamente no entiendo. De hecho lo mismo me pasa con ciertos efectos especiales. Las películas de hace antes me gustaban más en ese sentido. Pero termina siendo pura cuestión de gustos. De hecho Ratatouille fue a mi entender la mejor película del año y cuando la veo de vuelta sigo encontrando personajes cuya físico o que se yo no me cierra.
Aladdin me hace ver también una triste realidad. Ya no hay malos como los de antes. Los últimos grandes malos fueron Jafar y Alan Rickman en Duro de matar. Ya no hay malos en serio en Disney. Son todos villanos patéticos. Graciosos. De los que los chicos no pueden tener miedo. Como si los niños de hoy no pudieran soportar ver en pantalla a alguien haciendo de las suyas. Por eso eran más realistas las películas de antes de Disney. Porque te decían la posta más allá de su mundo edulcorado donde siempre triunfa el bien. Y la verdad es que afuera del cine siempre va a ver alguien que te quiere cagar. Que te quiere pasar. Y no son simpáticos. O por lo menos a vos no te van a caer simpáticos.
Aladdin, El rey León y La Bella y la Bestia forman una tríada fundamental en los comienzos de mi cinefilia.
FABIO





1 comentario:

Anónimo dijo...

no recuerdo casi nada de aladin pero sé que me había encantado. Y el malo del rey león... skar... ése sí que era temible temible...