lunes, 21 de abril de 2008

DOCUMENTAR LO OCULTO

El viernes me perdí “L'Aimée” de Desplechin y me fui de “Flipping Out” de Yoav Shamir porque ya estaba medio harto de ver documentales y quería ver una ficción. Así que solo vi dos películas pero que son de lo mejor del festival: “Dead Gay Man & Living Lesbians” de Rosa von Praunheim y “Jogo do cena” de Eduardo Coutinho. Ambos documentales describen la lucha de hombres y mujeres por seguir adelante después de un hecho que los marcó para siempre.

El documental de Coutinho tiene un punto de partida muy interesante. Colocaron un aviso clasificado en el diario convocando a mujeres a que cuenten distintos aspectos de su vida. Ellas eligen que contar. Hay quienes cuentan sobre su embarazo perdido, hay quienes cuentan como criaron solas a sus hijos, hay quienes cuentan lo mal que esta la relación con sus hijas. La película esta hecha solo de entrevistas. Las intervenciones de quien entrevista (Coutinho) son mínimas. Nunca va más allá de lo que las entrevistadas quieren ir. Las deja hablar. Deja que el relato fluya. Muchas de ellas son narradoras natas. Pero no solo vemos a un grupo de mujeres contar sus experiencias sino que además convocó a un grupo de actrices para que las interpreten. Es decir a lo largo de la película se intercalan los testimonios reales y los testimonios actuados. Pero lo más interesante no es el contraste entre la realidad y la ficción sino lo que Coutinho les pregunta a las actrices cuando ya terminaron de decir su texto. Las reflexiones no solo acerca de su oficio sino como las afecto la historia de la mujer que interpretaban. Hay dos testimonios que son avasallantes: uno es de una mujer que no se lleva bien con su hija, que cada vez que la ve tiene ganas de darle un bife y que ve su vida reflejada en la película “Buscando a Nemo” (lo cual muestra lo profundo que cala la cultura popular en uno. Lo quiera o no) y el otro es de una actriz que interpreta a una mujer que perdió su embarazo que de tan fuerte que es la interpretación termina desplazando al testimonio real. La película esta llena de momentos cómicos que se dan por como las mujeres relatan sus historias, los comentarios que hacen, la manera de hablar que tiene. Una de ellas (la de “Buscando a Nemo”) habla de una manera acelerada y atolondrada tirando “one liners” cada tres frases. Si bien la película tiene sus momentos cómicos, que también funcionan como distensión de los testimonios, el público que asistió a la proyección se reía de cualquier cosa. Este es un detalle que ya señale del publico que asiste al BAFICI (para más detalles de lo insoportable que puede ser esta gentío vayan a http://ihateyoubafici.blogspot.com) pero lo sucedido durante esta película es demasiado. Reírse en el medio del relato de alguien que cuenta que perdió a su bebe es de hijo de puta. Y esa parte no incitaba a la risa como si lo hacían otras.

En el caso de von Prauheim nos cuenta varias historias que como su título lo evidencia son testimonios de homosexuales que ya han fallecido y lesbianas que todavía viven. Las entrevistas que realizó el director se van entrecruzando y podemos ir teniendo testimonios muy disímiles de gente que tuvo que luchar contra los impedimentos que el fascismo que impera en la sociedad les han impuesto.
Por un lado tenemos dos testimonios opuestos. Son los testimonios que cuentan la estadía de dos homosexuales en un campo de concentración durante el régimen nazi. Uno de ellos cuenta lo mal que la pasó, lo humillado que se sintió al tener que llevar ese triángulo rosa. Cuenta como al ser homosexuales los obligaban a hacer las peores tareas y los castigaban de las peores maneras. En su rostro se nota que es un hombre cansado, un hombre al que esa experiencia lo marcó de por vida, que nunca pero nunca pudo olvidar eso y rehacer su vida. Mientras que por otro lado escuchamos el relato de un hombre que sostiene que no la pasó mal en el campo, que fue todo lo contrario. Cuenta que disfruta del dolor. Que se tatuó todo el cuerpo y que el dolor que le provoca el tatuarse lo estimulaba sexualmente y que eso lo llevaba a masturbarse. Es un hombre que goza del dolor y de la autosatisfacción. Y que con sus 80 años sigue disfrutando del sexo aunque ya no puedo masturbarse porque se compro consoladores. El contraste entre los dos testimonios es tremendo. Por un lado un hombre que no llego a poder tener una pareja estable y que ya no tiene sexo y por otro lado otro que se siente más sexual que nunca a los 80 años.
Se intercalan con estos testimonios los de varias mujeres que son lesbianas. Hay una primera diferencia con los testimonios de los hombres. Los testimonios de las mujeres son actuales. Cuentan sus experiencias de vida en este momento, en la Alemania actual. Son mujeres con una vida profesional, que formaron una pareja, etc. Pero lo que más me llevo a la reflexión es el testimonio de la actriz que decidió blanquear su condición de lesbiana. Las lesbianas son acá en la argentina absolutamente ignoradas. No existen para la sociedad. En un documental del crítico Santiago García llamado “Lesbianas de Buenos Aires” una de las mujeres hablaba de la invisibilidad de las lesbianas. Pareciera que no hubiera lesbianas en la Argentina. El ser homosexual hombre no es algo que se bien visto pero es un fenómeno que la sociedad acepta como existente. La condición de que una mujer sea lesbiana es algo que todavía no esta de todo incorporado y menos todavía aceptado.



"Jogo do cena"

FABIO

No hay comentarios: